En el Archivo Histórico Municipal existe un documento, lamentablemente sin data, compuesto por cuatro manos en papel de barba sin guillotinar y doblados al folio, formando un librillo cosido con hilo, cuyo epígrafe dice: Capítulos del campanario, que se ha de hazer en la Puebla de San Miguel, y Observaciones del modo que se ha de ejecutar dicha obra.
En dicho registro se estipulan -mediante diez puntos y una glosa- las meticulosas condiciones para las obras del campanario, que fueron pactadas entre el lugar -Puebla de San Miguel- y el maestro de obra que se quedase la contrata.
El documento no está fechado, sin embargo debió redactarse después de la construcción del templo, lo cual tuvo lugar entre la séptima y la octava década del siglo XVII, pues al comienzo del articulado se puntualiza que la nueva torre deberá levantarse «sobre los restos del viejo campanario».
[3] En los textos de las visitas ad limina no se menciona específicamente el campanario, sino la iglesia; por otra parte, aquel fue contratado con independencia del templo, probablemente en el primer tercio del siglo XVIII.
Todo el complejo parroquial queda completado con la torre campanario, situada a los pies, que ostenta todavía varias campanas antiguas como la «Mediana» (siglo XVI) y el «Tiplet» (siglo XVIII).