Cuando esta iglesia fue derribada en 1823, cuando se trasladó la titularidad y la parroquia al edificio de la Trinidad.
El campanario se situaba al lado de la nave, cerca del ábside.
En 1823 fue derribada, para ampliar y formar la actual plaza de San Jaime.
La parroquia fue trasladada a la iglesia de Santa Mónica, junto con el retablo.
Sólo queda un fragmento con los santos Esteban y Catalina, conservados en el Museo Diocesano de Barcelona.
El claustro era rectangular, con tres pisos, y databa del siglo XVII.
Entonces, al desaparecer la comunidad, fueron derribados el claustro y otras dependencias, conservándose la iglesia, que pasó a ser la sede de la parroquia de San Jaime.
Fue vendido al Liceo Filarmónico-Dramático de Isabel II y esta sociedad es la que edificó el teatro.
El aspecto actual responde a las reformas de mediados del siglo XIX.
Hay crucero con cimborrio nervado sobre trompas y, a ambos lados, brazos de planta cuadrada construidos durante el siglo XVII, al ampliar la iglesia.
El presbiterio, nuevamente ampliado en la reforma de 1866, tiene planta rectangular, con la sacristía al lado del Evangelio y la capilla del Santísimo en el lado de la Epístola.
La capilla y especialmente la puerta fueron contratadas en 1585 por Joan Costura, siendo un buen ejemplo de arquitectura renacentista en Barcelona.