Aparece documentada, en el año 1070, como posesión del vizconde de Cardona y fue consagrada a San Cristóbal.
A finales del siglo XX se puso al descubierto el aparato románico que había sido recubierto y se volvió el ábside a su estado primitivo.
La nave está cubierta con bóveda de cañón reforzada por tres arcos fajones que la dividen en cuatro tramos.
El portal se encuentra situado en el sur y es adintelado, con dovelas de gran tamaño.
En este mismo lado hay dos ventanas dobles de origen claramente románico mientras que la del presbiterio es posterior.