Las capillas-hornacinas laterales, dispuestas entre los estribos interiores, se abren a la nave principal mediante arcos de medio punto sencillos con la imposta marcada, y sobre los cuales se resuelve una cornisa que recorre el templo de forma ininterrumpida.
Sobre ella se abrió, recientemente, una ventana cerrada por una artística reja de hierro forjado.
En esta capilla se sitúa el sagrario y las reliquias del beato Francisco de Paula.
Enmarcan el vano pilastras toscanas cajeadas sobre basamento, que soportan entablamento de friso compartimentado en estilizados triglifos y metopas con gotas.
El frontón alberga una hornacina avenerada donde se ubica una escultura del santo titular sosteniendo en su diestra la cruz correspondiente.
La fachada oeste, correspondiente a los pies del templo, proyecta en alzado un rico juego de volúmenes presidido por el adose de las dos torres medievales, dominando en altura la esquinada torre-campanario entre las fachadas norte y oeste.
Esta fachada se interrumpe por un único vano, que consiste en una ventana ligeramente apuntada y geminada adornada con un artístico rosetón.
En la fachada norte del inmueble se adosan, con gran fuerza y volumetría, las diversas dependencias parroquiales, dispuestas en varios niveles, que otorgan al templo un cierto aspecto palaciego, acentuado por el mirador de arcos de medio punto.
Se añadió entonces la sencilla espadaña que desentona respecto al resto del conjunto.
Toda la fachada norte queda cerrada y separada del espacio urbano que la circunda por un pretil con reja.