Hasta 1930 Donmatías tuvo una iglesia sencilla y recogida, pero pequeña e incómoda para la creciente población.
La obra estuvo casi paralizada entre 1930 y 1932, cuando se dio prioridad a la construcción del monumento de Cristo Rey.
En poco tiempo se ganó el respeto del pueblo y asumió un liderazgo resuelto e indiscutible.
Estableció una junta para la construcción del templo integrada, entre otros, por Antonio Barrera, Juancho Sepúlveda, Antonio Giraldo, Francisco Roldán Correa, Alejandro Estrada Mejía, Roberto Echeverry Restrepo y diversos destacados personajes del pueblo.
Toda la vida donmatieña transcurrió durante 20 años en torno a este propósito, hasta que se convirtió en una realidad palpable.