[2] Cuando todavía existía el primitivo templo originario, Sarratella no contaba ni con párroco propio, siendo el mismo sacerdote que atendía a la población el mismo que el de la vecina Albocácer.
Esta situación se alargó hasta el año 1572, fecha en la que el obispo autorizó a la parroquia a disponer de un prelado propio, cargo que recayó en la persona de Joan Sanos.
Además cuenta con capillas laterales que se comunican entre sí a través de anchos pasillos, y que se encuentran abiertas a la nave mediante arcos de medio punto que descansan en impostas, y presentan como cubierta bóveda de arista.
[2] Por su parte el exterior es de una gran austeridad, siguiendo los cánones neoclásicos, con formas rectas y materiales típicos de estas construcciones (mampostería y sillares).
[2] Como parte del tesoro parroquial puede destacarse la capa porta viáticos renacentista, confeccionada con un tejido de terciopelo, con decoración en el reverso, con el tema de dos ángeles sujetando un cáliz coronado por el pan eucarístico.