Es una lengua mal conocida, documentada principalmente por el trabajo de los misioneros que cristianizaron la Vieja California en el siglo XVII.
La lengua guaicura fue conocida por los misioneros jesuitas que llegaron a la Vieja California en el siglo XVII.
De acuerdo con Beagert,[1] en guaicura se empleaba el sufijo -ma para formar el plural.
[2] Abajo se presenta el Padre Nuestro en guaicura, con la traducción literal hiciera Francisco Pimentel.
Otro topónimo guaicura es Chillá, nombre del sitio donde se erigió la misión de Dolores.