1876) fue un arqueólogo, académico, pintor y dibujante español del siglo XIX.
[2][nota 1] Durante su larga carrera administrativa en diferentes provincias, Cortina, que en su juventud había estudiado la pintura bajo la dirección de los artistas catalanes Pablo Rigalt y Miguel Robt, puso el mayor empeño en contribuir con sus conocimientos a ilustrar toda clase de cuestiones artísticas, sin descuidar por eso la práctica de la pintura.
En 1839 se le autorizó para verificar excavaciones en el terreno donde estuvo la antigua Itálica, comisión en que acreditó una vez más su celo y buen deseo.
La Escuela de Bellas Artes establecida en la Casa Lonja de Barcelona propuso a Cortina en 1827 para que pasase a Roma; pero la persecución del conde de España le hizo emigrar, abandonando por entonces la pintura.
Y finalmente, otros muchos trabajos, pudiendo citarse especialmente su comenzada Topografía monumental ibera, que publicó bajo los auspicios de la reina Isabel II y de la Real Academia de Arqueología del Príncipe Alfonso.