El desarrollo tuvo lugar con lentitud, lanzándose el primer INTA-300 el 18 de febrero de 1981 desde El Arenosillo, momento en el que se cortaron los fondos para el proyecto.
[1] Contaba con cuatro pequeños motores necesarios para estabilizar la primera etapa.
El motor de la segunda etapa era un Teide de nuevo diseño, que pesaba 245 kg, utilizaba un propelente GPC-100 cuyo grano se había fabricado por Unión Española de Explosivos, mientras que el cuerpo del cohete era desarrollo propio del INTA.
Su combustión duraba 16 s y el empuje obtenido era de 16,3 KN.
Los dos restantes se montaron en sendos cohetes modificados, capaces de llevar mayores cargas.