Hugo IV participó en la Tercera Cruzada a Tierra Santa en 1190.
Fue excomulgado por el Papa de Roma por acoger a los cátaros en su condado, tras la muerte del rey, así como por invadir los dominios eclesiásticos.
Pactó con el conde Nuño I hacia 1200, que le ayudó en su lucha con el rebelde Gausberto de Palol.
Participó, decisivamente, en las cortes celebradas en Barcelona en 1228, junto con su hijo y un buen número de caballeros, donde se decidió la toma de Mallorca.
En la batalla de Portopí, en 1229, condujo el ala derecha del ejército a la cabeza de los caballeros templarios (según cuenta Bernat Desclot) y, en el asedio de Mallorca, repelió un ataque enemigo permitiendo que ello abriera flancos favorables para el ejército.