Huevo de insecto

Se llama "vitelo" a los nutrientes dentro del huevo que alimentan al embrión hasta que pueda obtener su alimento por sus propios medios (que no necesariamente coincide con el momento de emergencia del juvenil), consta de la membrana vitelina justo interior al corion y de la yema contenida dentro del ovocito.En general la fecundación ocurre dentro del aparato reproductivo de la madre quien posteriormente deposita el huevo ("ovipone") en un ambiente externo seleccionado por ella.A pesar de su variada morfología, aun así se reconoce un esquema generalizado del huevo que está muy conservado evolutivamente.La superficie del huevo puede conceptualizarse como compuesta por estructuras de la cáscara especializadas en alguna función llamadas regiones.La envoltura vitelina envuelve completamente el ovocito pero no siempre de forma continua.Varía en su morfología: puede ser continua, amorfa, porosa, granular, perforada (Chauvin y Barbier 1979), regular o irregular.], presumiblemente porque esos huevos no necesitan resistencia a la desecación (Margaritis y Mazzini 1998).El epitelio folicular externo al huevo deposita unas placas hexagonales de cera hasta que cubren toda la envoltura vitelina.Se han contado desde 4 capas de cera (Papassideri y Margaritis 1986) hasta 7 (Mazzini et al., 1987).Las demás capas de corion pueden existir pero su presencia y características son muy variables incluso entre especies cercanamente emparentadas de insectos, como también varían los nombres con que se las conoce entre autores y taxones.En particular el endocorion a su vez puede subdividirse en dos, la capa más externa (el endocorion externo) es continua, mientras que la más interna es una red de cavidades formada por pillars (también llamada capa trabecular), con un ambiente gaseoso.También es la que está adaptada a generar las estructuras especializadas llamadas “regiones” (ver en Morfología del huevo maduro).La polarización, la yema acumulada en el ovocito, y la construcción de la cáscara, están regulados genéticamente.Hay evidencia de que una parte del vitelo (la yema y la membrana vitelina) pueden provenir del ovocito en formación, pero la mayor parte es sintetizada por el epitelio folicular (que provee de nutrientes a la yema y también deposita nutrientes en la membrana vitelina), y por los trofocitos si se encuentran (que sintetizan nutrientes que se depositan en la membrana vitelina), además el ovocito recibe nutrientes de otros sistemas fuera del aparato reproductor, como el "cuerpo graso" (que provee de nutrientes a la yema).La yema es secuestrada mediante receptor en todos los insectos estudiados, en una parte de la ovogénesis muy conservada evolutivamente.Al finalizar la ovogénesis el huevo maduro ya puede ser fecundado, en general la hembra durante el apareamiento recibió esperma del macho que aloja en una cavidad de su sistema reproductor llamada espermateca.La oviposición puede ser criptozoica (en hojarasca), endogea (bajo tierra), exofítica (en plantas), exozoica (sobre animales), acuática (en agua), semiacuática (en lugares que se inundan periódicamente).En muchas de las especies estudiadas las feromonas son secretadas por glándulas accesorias del tracto reproductivo.También hay insectos que en estas circunstancias liberan hormonas que ahuyentan a los conespecíficos (oviposition deterring pheromones), aunque no está claro si son verdaderas feromonas o sustancias liberadas por la planta hospedadora.Las hembras listas para oviponer son atraídas por “anzuelos químicos” de los microorganismos asociados al hospedador del huevo.El rango de plantas elegidas para oviponer suele ser muy angosto, una generalizada especialización cuyo valor adaptativo ha sido un rompecabezas para los investigadores por muchos años, y aunque se ha hecho un interesante progreso aún falta una respuesta completamente satisfactoria.La protección química no se evidencia a simple vista como el cuidado parental o la protección mecánica, solo es evidente al observar el comportamiento de los predadores al detectar e intentar comer los huevos.Las secreciones de las glándulas colaterales pueden ser desde gelatinosas, pasando por la ”espumalina”, hasta una ooteca rígida como en Blattodea (cucarachas y mántidos).La defensa química también puede ser provista por microorganismos endosimbiontes asociados que se pasan de generación a generación a través del huevo o las sustancias que los padres depositan sobre ellos.El cuidado parental es especialmente importante en insectos sociales como hormigas, abejas y termitas.En insectos sociales los huevos parecen carecer de protección química, siendo el cuidado parental el que los protege, mediante la defensa física del nido dentro del cual se encuentran los huevos.Estos cambios no necesariamente poseen un efecto directo sobre los huevos, las larvas que emergen de ellos, o las hembras grávidas.Formadores de agallas menos típicas se encuentran por ejemplo en Hymenoptera y Coleoptera.Algunas propiedades de un grupo estudiado pueden representar restos de novedades evolutivas utilizadas por los ancestros del grupo (evolutionary remnants), eso explicaría por ejemplo la elasticidad del corion en Drosophilidae, que es más bien inútil en comparación a especies como Bactrocera oleae.(Hay una segunda edición del 2008 editada solo por M. Hilker, preview en Google books).
Harmonia axyridis realizando una puesta de huevos.
Huevos de diferentes especies de Phasmatodea .
Morfología externa de un huevo de Haaniella muelleri .
Macrosiphum sp. depositando huevos en un rosal
Macho de Abedus indentatus portando una puesta de la hembra.
Graphosoma lineatum cuidando una puesta.