[1] Enrolado en la tendencia del peronismo combativo, fue designado Secretario del nuevo movimiento, al que contribuyó a organizar y para el cual propuso designarlo como “Cuerpo de Delegados Seccional Rosario Mitre”.
En dicha asamblea se encontraban presentes varios integrantes de la ex Comisión Ejecutiva, incluso el hasta ese momento representante en el cargo elegido.
Los trabajadores que no efectúen sus tareas, serán desalojados del ámbito ferroviario.
de todo el país un mensaje personal requiriendo solidaridad y resistencia, a la vez que convoca un congreso clandestino, en la ciudad de Rosario, en fecha y lugar nunca revelados.
El paro ferroviario se fue extendiendo primero a las seccionales vecinas de la Unión Ferroviaria, Fraternidad y Señaleros, para luego alcanzar las más lejanas como San Martín, Victoria y Tucumán, puntas de rieles del ferrocarril Mitre.
Más tarde se suman seccionales de las distintas líneas ferroviarias: Roca, San Martín, Sarmiento, Urquiza, y muy pocas del Belgrano.
Perón (exiliado en España), quien envía a Horat una extensa carta, por intermedio del Mayor Pablo Vicente Delegado del Comando Superior Peronista, (exiliado en el Uruguay), donde le expresa su afecto y solidaridad por la valiente y decidida lucha contra la dictadura, extensivo a todos los Delegados y trabajadores en lucha.
Terminado el conflicto fue recibido por su Delegado Personal Jorge Daniel Paladino en la Capital Federal y por el Mayor Pablo Vicente en la ciudad de Montevideo.
A más de las recaudaciones voluntarias de dinero que hacían los propios ferroviarios -para imprimir volantes, viajes a distintas seccionales ferroviarias del país, movilidad local, etc.- recibían modestos aportes y ayuda como: albergue, alimentos y comunicaciones de sindicatos locales.
Para la realización de la protesta organizada por la C.G.T., Horat debió concurrir a una gran cantidad de Asambleas realizadas en locales de varios sindicatos, cuyos afiliados requerían escuchar al dirigente ferroviario para adherir o no a la movilización.
Entre ellos Luz y Fuerza, Telefónicos, Asociación Trabajadores del Estado, Molineros, Seguro, Vidrio, Ceramistas, Bancarios, Madera, Obras Sanitarias, Calzado y algunos más.
En la madrugada del día 26 los dirigentes realizan un plenario de gremios en el que 24 delegados contra 12 y 2 abstenciones resuelven suspender el paro del 1º y 2 de octubre.
Esta suspensión fue considerada como una defección por algunos gremialistas y ocasionó algunas renuncias en la Mesa Coordinadora Nacional de las 62 Organizaciones Peronistas que había sido creada meses antes por sugerencia de Perón para unificar al movimiento obrero fracturado en la C.G.T.
Azopardo; los compañeros de La Fraternidad Seccional Rosario Mitre, que habían acompañado a los huelguistas desde el inicio del conflicto, habían levantado la huelga horas antes y se tenía información de igual actitud del Sindicato de Señaleros; habían cesado los paros solidarios que realizaban las distintas seccionales de la línea (Córdoba, Pergamino, Tucumán, San Martín, Victoria y otras) y sólo persistían en las Seccionales vecinas: Villa Diego, Cañada de Gómez, Casilda y otras.
Por otra parte, con la intermediación del Vicepresidente del ISSPF (Obra Social ferroviaria) y La Fraternidad (Sede central), por cuanto los militares interventores se negaban a una salida negociada, el Poder Ejecutivo Nacional de facto había garantizado que no aplicaría sanción alguna por la huelga realizada, se daba por cumplida al momento de su aplicación, la sanción al delegado Mario J. Horat, se anulaban las sanciones impuestas durante las jornadas de paro, se comenzaría la normalización gremial de la Unión Ferroviaria, se analizarían algunas reivindicaciones gremiales y salariales y no se formalizaría ningún tribunal militar, ni se sometería a dicha jusridición a los ferroviarios que desconocieron el estado de movilización.
Lo acordado se cumplió por las autoridades de la Empresa, produciéndose un cambio notable en el trato y consideración hacia los trabajadores por parte de las Jefaturas civiles y militares.