Los hospitales de convalecientes, convalecencias o casas de convalecencia eran instituciones que acogían a los enfermos salidos de otros hospitales para pasar la convalecencia.
En los hospitales que no tenían anexas casas de convalecencia era muy común ver las convalecencias bruscamente interrumpidas por alguno de esos fatales incidentes.
En dichos hospitales, que eran los más, las camas casi nunca estaban desocupadas; la cama caliente del que acaba de salir se daba, sin orear ni expurgar, al que entra enseguida de aquel: unas veces por falta de tiempo y otras por falta de cuidado o de buena voluntad.
Las Convalecencias aclararían las camas y podrían dar tiempo para todo.
La concesión de convalecencias y la fijación del número de días debían dejarse absolutamente a discreción del médico.