En sus inicios estuvo vinculada con la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén aunque a comienzos del siglo XIII el monasterio adquiere autonomía convirtiéndose en sede de la Orden.
LLegó a poseer varias encomiendas y prioratos distribuidos por Bearn, Aragón, Navarra e incluso Castilla (Santa Cristina de Soria)".
A principios del siglo XVI la iglesia se encontraba en ruinas y en 1538 se concedió permiso para desmantelar el edificio y utilizar su sillería para reparar el Puente de Piedra.
[3] La iglesia, como ermita, debió subsistir hasta 1798 y pertenecía a la Diócesis de Tarazona, según recoge Nicolás Rabal.
Esta fábrica fue desamortizada y acabó en manos privadas siendo hoy un edificio residencial.