Hormesis

En el caso de los antibióticos, es ampliamente aceptado que las dosis bajas no son recomendables precisamente porque pueden ser beneficiosas para las bacterias atacadas.

Los científicos que defienden esta postura suponen que, al ser la radiactividad natural del fondo (que expone al organismo humano a una media en el mundo de unos 2.4 mSv/año) una tasa que ha afectado a los seres vivos desde su aparición en la Tierra, los propios organismos han desarrollado mecanismos para aprovecharse de tales radiaciones, por ejemplo para deshacerse de bacterias o virus extraños.

Uno de los efectos observados y donde se sustenta en parte la teoría es la recuperación que presentan las células vivas ante los daños por radiaciones.

Existen estudios epidemiológicos que han intentado demostrar este efecto, pero sin resultados concluyentes, ya que en ocasiones no se han tenido en cuenta otros factores como el envejecimiento de las poblaciones, etc. Un estudio de Estados Unidos famoso al respecto[¿cuál?]M.

Por supuesto, el estudio no deja de ser una mera curiosidad, ya que no se contempló por ejemplo las edades medias de las poblaciones estudiadas[cita requerida].

Este tema es de ardiente discusión en los foros dedicados a la protección radiológica.

Una dosis muy baja de un agente químico puede provocar en un organismo el efecto contrario a una dosis alta.