En 1973 tras volver a la universidad como rector por segunda vez impulsó la creación del actual Parque Sierra San Javier.
Fundó la revista Lilloa y luego fue directora de biblioteca del Instituto Miguel Lillo.
Su conducción marcó una profunda transformación, a través de múltiples creaciones y una vasta expansión regional en su acción.
Incorporó a la UNT la Universidad Salesiana del Trabajo y creó el Servicio Médico.
A fines de 1976, el gobierno militar dio por terminadas sus funciones en la universidad dejándolo nuevamente cesante como en 1955.