Las excepciones a estos son el vapor de agua y el ozono.
La homósfera ocupa los 80 kilómetros (aproximadamente) inferiores de la atmósfera terrestre y tiene una composición porcentual constante y uniforme, pero su densidad varía en forma constante con la altura.
Por encima de la homosfera se halla la heterosfera, que se extiende hasta los 10,000 km de altura aproximadamente.
Allí, la composición del aire ya no es constante debido a fenómenos de difusión molecular.
Hay mayor concentración de los componentes más ligeros y de forma estratificada: nitrógeno, oxígeno, helio e hidrógeno.