Explora el mundo mágico de las comunidades indígenas, un tema del cual el autor era a la vez apasionado y conocedor.
[8] A través de la alegoría, Asturias muestra cómo el imperialismo europeo domina y transforma las tradiciones indígenas en las Américas.
[9] Al final de la novela, como lo señala Jean Franco, "se ha perdido el mundo mágico de la leyenda indígena"; pero concluye con una "nota utópica", cómo las personas se convierten en hormigas para transportar el maíz que han cosechado.
[5] Debido a su enfoque inusual, transcurrió algún tiempo antes de que la novela fuera aceptada por los críticos y el público.
Son precisamente esos elementos los que Asturias toma para su obra, la defiende y la convierte en su reafirmación de la identidad.