Hombre de Lauricocha

El hombre de Lauricocha existió aproximadamente hacia 10000 a. C., en la sierra central del Perú.Sus restos fueron descubiertos en las cuevas de Lauricocha, por Augusto Cardich, en sucesivas campañas arqueológicas entre 1958 y 1960.También se descubrieron puntas líticas y herramientas de hueso, así como pinturas rupestres.[3]​ Entre 1958 y 1959 el arqueólogo peruano Augusto Cárdich, descubrió en esas cuevas once esqueletos humanos, 4 de adultos y 7 de niños; los restos óseos se hallaron incompletos, al parecer mutilados intencionalmente.[5]​ Una de las inhumaciones más notables es el denominado “Entierro Nº 6”, con un individuo que presentaba deformación craneana artificial del tipo tabular erecta.[9]​ Otra característica resaltante es que casi todos los esqueletos están incompletos; a uno le falta, por ejemplo, una pierna.La zona fue también asiento de especies muy estimadas para la caza, especialmente cérvidos (taruga) y camélidos (vicuña, guanaco).Solo es superado en antigüedad por los restos óseos de un adulto y un adolescente hallados en Paiján, en la costa norte del Perú.
Pintura rupestre en la cueva de Chaclaragra, en Lauricocha. Mide 140 cm de un extremo a otro.