La historieta franco-belga constituye una de las tres grandes tradiciones historietísticas a nivel mundial, junto con la estadounidense y la japonesa.[1] El gran superventas es Titeuf, cuyo álbum duodécimo, alcanza prácticamente medio millón de ejemplares vendidos en 2008.De esta forma, muchas otras tradiciones europeas, como la italiana y la española, están fuertemente influenciadas por la historieta franco-belga.Lo mismo ocurre con la iraní Marjane Satrapi, el polaco Grzegorz Rosinski o el serbio Enki Bilal.Para teóricos como Oscar Masotta, el verdadero parecido entre la historieta moderna y sus parientes de antaño[6] no comenzaría hasta finales del siglo XIV con la utilización del grabado en madera o xilografía para producir las famosas Biblia pauperum.Surgen también series con personajes fijos, como La Famille Fenouillard, creada por Georges Colomb para Le Petit Français illustré en 1889.En 1908, el francés Louis Forton crea Les Pieds Nickelés e incluye por primera vez bocadillos dentro de los dibujos.En los años 1920 destacan las originales novelas sin palabras de Frans Masereel que serían imitadas por estadounidenses como Lynd Ward.Sin embargo, se mantienen revistas locales dinámicas como Cœurs Vaillants/Âmes Vaillantes, Junior y Bayard, de tradición católica.Así aparece las revistas L'Écho des Savannes, fundado en 1972 por Marcel Gotlib, Nikita Mandryka y Claire Bretécher.La restructuración del sector permite la aparición de nuevas editoriales, como Delcourt, Vents d'Ouest, Soleil.Algunos de los más emblemáticos podrían ser Lewis Trondheim, Joann Sfar, David B., Marjane Satrapi.El primero movimiento de concentración comenzó con el grupo Media-participation, que compró Le Lombard en 1988, Dargaud en 1989, y Dupuis en 2004.[9][10][11] Hoy en día, con la adquisición de los tres editoriales «históricos» de la historieta franco-belga, este enorme grupo controla así el tercio del mercado, seguido por los grupos Glénat (Glénat, Vents d´Ouest, Vent des Savannes), Flammarion (Casterman, Fluide Glacial, Audie), MC Productions (Soleil), Delcourt (Delcourt).Desde los principios del siglo veinte hubo revistas que se convirtieron en el formato ideal para la publicación de historietas en Francia y Bélgica.Durante la "edad de oro" del género, estas revistas fueron un apoyo indispensable para los editoriales.No obstante, hoy todavía existen periódicos de prepublicación para el mercado francófono, siendo los más exitosas Spirou y Fluide Glacial.A pesar de que las series más populares son traducidas en otras lenguas y exportadas al extranjero, la mayor parte de las ventas son locales, es decir los álbumes se comercializan en prioridad en Francia y Bélgica.Así, las series prestigiosas que siguen siendo publicadas conocen éxito notable (el caso de Asterix).En los años 1960 se afianzó una nueva conciencia del medio, creándose instituciones para su estudio como el «Club des bandes dessinées» en 1962, que se convierte en el CELEG («Centre d’Etude des Littératures d’Expression Graphique») dos años después.Existen muchos acontecimientos anuales, aniversarios, celebraciones, festivales, reuniones en relación con de la historieta franco-belga.En estos festivales, los aficionados pueden encontrar a los artistas, comprar álbumes, visitar exposiciones y escuchar conferencias.También son organizadas exposiciones temporales, y se puede encontrar museos dedicados al noveno arte.En este festival de cuatro días, creado en 1974, se otorga premios a los artistas más talentosos.Muchos otros festivales más locales tienen lugar en ciudades francesas (Brignais, Colomiers, Creil, Evreux, Hyères, Illzach, Lys-lez-Lannoy, Montpellier, Lyon, Blois, Aix en Provence, Toulouse, Nîmes, Niort, Montréal-du-Gers, etc).Es el equivalente del "Centro Belga de la Bande Dessinée", cuyo sede se sitúa en Bruselas,[16] y que tiene aún más prestigio.Estos dos centros organizan regularmente exposiciones, cesiones de dedicaduras, conferencias, reuniones y varias actividades para promover la historieta franco-belga en la cultura.Por cierto, exposiciones son organizadas en varios centros culturales para celebrar una historieta o una serie en particular.Hay muchísimos productos que se basan en las series más populares: vestimenta, material escolar, alimentos, pequeñas estatuas, peluches, relojes.En los años 2000, también se publicaron adaptaciones de Michel Vaillant (2003), Iznogud (2004), Largo Winch (2008), XIII (2008) y Adèle Blanc-Sec (2009).