En Egipto todo giraba en torno al Nilo, que generaba los recursos fundamentales de una próspera sociedad agrícola.
La figura del faraón era el gran elemento simbólico que definía al Antiguo Egipto.
En realidad la creencia religiosa sale a reforzar y dar sustento al poder del faraón, haciendo que este sea un vástago de la deidad en la tierra, y como representante del dios, no gobierna el país.
Así, la reina Hatshepsut, de la Dinastía XVIII, elevada al trono, genera el relato oficial de la concepción divina, proclamando que el dios Amón visitó a su madre para engendrar a la futura reina.
Por avatares históricos, existen épocas de menos brillo y los faraones tomaban una personalidad más humana.
Hay faraones con gran actividad política exterior y otros que prefirieron preocuparse por los asuntos internos.
La residencia era el palacio y estaba en la capital, que no era siempre la misma conforme al desenvolvimiento histórico, la primera fue Tinis, en el Imperio Antiguo fue Menfis, donde se erigen anexos que acompañan a la residencia del faraón y estaban subordinados cumpliendo funciones administrativas; en el Imperio Nuevo la capital era Tebas, gran ciudad del Egipto imperial.
Destaca el papel que se le da a las necrópolis reales, aunque el faraón estaba muerto sigue ejerciendo su poder y su tumba sigue siendo lugar de culto, pues era una morada para la eternidad y por esto la pirámide y sus lugares anexos contaban con todo lo necesario para perpetuar la vida eterna del faraón.
Otros altos funcionarios dependían estrictamente del faraón y no estaban controlados por el chaty.
Normalmente los primogénitos del faraón eran los mejor situados para el cargo de chaty, pero esto no fue una regla común.
En época posterior al Imperio Antiguo este organismo se descentraliza en otros menores y al más importante de estos se le denominaba Oficina del visir y los Inventarios especializados.
Toda la estructura burocrática del estado egipcio se sustentaba en unos servidores que acumulaba un alto grado de relevancia: los escribas.
Toda esta logística se organizaba gracias un sistema de registros que era mantenido por escribas.
Durante el transcurso del desarrollo de la civilización egipcia, los nomarcas existirían siempre, a veces con una autonomía reducida cuando el poder centralizante del faraón era fuerte; pero en períodos de crisis, los nomarcas capturaban gran capacidad de autonomía, logrando en muchos casos desbancar al faraón legítimo para usurpar el trono.
Los funcionarios, al situarse en estas regiones ocupadas, utilizaban las estructuras ya existentes en esos lugares.
El delegado real estaba nombrado como un virrey, con absoluta independencia de visir alguno, reportándole directamente al faraón mismo.
En la última fase del Imperio Nuevo, fue cuando recibieron más donaciones y exenciones de tributos.
Algunas de estas propiedades se han formado por donaciones del faraón y representan una gran distinción.
Aunque todas las propiedades de Egipto pertenecen al faraón estaban sometidas estas tierras a una legislación particular.
Los que trabajan en el oficial reciben una compensación: alojamiento, salario en especie, trajes… El comercio privado funciona por trueque y no estaba sometido a registro oficial pero, al parecer, este trueque parece ser elevado con productos de primera necesidad y también de lujo.
Este título subsistió hasta el Imperio Nuevo cuando se le añaden otras funciones de carácter fiscal y judicial.
Los príncipes de la familia real tienen una educación especial en palacio, en la Casa Jeneret, algo que se documenta desde el Imperio Antiguo.
Los egipcios fomentaban una manera muy intensa del culto a la muerte, porque creían que el alma (Ba en egipcio) y la conciencia (Ka) regresaban frecuentemente al munto de los vivos para intentar cuidarlos y guiarlos.
Los embalsamadores hacían un corte en el lado izquierdo del cuerpo para remover los órganos internos y luego los secaban en frascos especiales llamados jarras canópicas.
La cavidad corporal, ya seca, se rellenaba con resina, aserrín o lino para darle forma.
Durante el proceso los sacerdotes colocaban amuletos protectores o de buena suerte en las capas.
Estaba compuesto por personas del pueblo llano y la administración local los empleaba para el reclutamiento forzoso.
Las funciones eran dentro de las categorías, un sector sirve exclusivamente al faraón, otra a la defensa del territorio, otras para mantener el oro en las provincias.
una expedición a Nubia o al Sinaí), sino que sería un cuerpo permanente dedicado específicamente para la guerra.
Otro cambio fundamental sería la introducción del arco compuesto, arma que permitía un alcance de entre 200 a 300 metros.