Desde finales del siglo XIX el territorio valenciano se ha estructurado tradicionalmente en unas demarcaciones territoriales denominadas comarcas.
Los primeros planteamientos sobre la estructuración territorial basada en comarcas surgen en los años 1930 desde sectores del valencianismo político.
Un año después, en 1934, Emili Beüt expone en una conferencia otra propuesta comarcal, pero su difusión resultó ser muy limitada, y no se publicaría hasta 1970 en Geografía elemental del Regne de València.
No obstante, durante la dictadura de Franco siguieron planteándose propuestas comarcales, aunque desde una óptica exclusivamente fisiográfica, histórica, y lingüística.
Dada la naturaleza política del régimen franquista de entonces no se permitiría plantear divisiones administrativas diferentes a la provincial.
Sin embargo, aun así, las delimitaciones de dichas "gobernaciones" resultan ser, a grandes rasgos, agrupaciones de las comarcas propuestas por Soler, pero una división por "gobernaciones" teóricamente resultarían ser más funcionales para una eventual descentralización administrativa, si bien tiene importantes limitaciones en cuanto a cohesión territorial desde el punto de vista sociopolítico.
No existe aún, por tanto, la "incidencia territorial" prevista, es decir, el establecimiento de órganos políticos o administrativos de nivel comarcal, como sucede en Cataluña con los Consejos Comarcales, sino que las competencias compartidas entre diversos municipios se articulan mediante una mancomunidad, pudiéndose superar las delimitaciones comarcales actuales aunque no las provinciales.