Historia de la seda

Los otros pueblos tuvieron que inventar diversos orígenes para este maravilloso tejido.[3]​ El conocimiento que en el Imperio romano tenían de la seda china, resaltaba sobre todo lo imaginario, el secretismo y lo exótico.Eso es por ejemplo lo que afirmaba Plinio el Viejo en su Historia natural[4]​ o Virgilio en las Geórgicas.Algunas alusiones a este tejido en el Antiguo Testamento demuestran que era conocido en el Oeste de Asia en los tiempos bíblicos.Los especialistas opinan que desde el siglo II a. C., los chinos ya habían establecido una red comercial con el objetivo de exportar seda a Occidente.Por ejemplo, se utilizaba en la corte aqueménida y por su rey Darío III cuando Alejandro Magno conquistó este Imperio.Estas condiciones idóneas, se cumplen en las regiones montañosas de la China central y oriental.[5]​ Los campesinos no tuvieron derecho a llevar seda hasta varios siglos después, con la dinastía Qing (1644-1911).Desde el siglo III a. C. se fabricaban en Asia todo tipo de papeles a pequeña escala con los más diversos materiales.Así, se han descubierto tratados sobre diversas ciencias (meteorología, medicina, astrología, adivinación...) o incluso mapas[8]​ cuyo soporte era la seda.La riqueza que aporta la seda a China provoca el deseo de los pueblos vecinos.Los emperadores Tang, por ejemplo, imponen a los mandarines el uso de un color en particular según las funciones que desempeñan en la sociedad.Desde el siglo IV a. C. se difunde la seda hacia el Oeste gracias a los mercaderes que la intercambian por oro, marfil, caballos o piedras preciosas.Hasta las fronteras del Imperio romano, la seda se convierte en un patrón monetario útil para estimar el valor de diversos productos.La Grecia helenística tenía un gran aprecio por las producciones chinas e intenta implantar moreras y gusanos de seda en la cuenca del Mediterráneo.Invadidos por los árabes en el siglo VII, les transmiten su secreto, que se extiende con el Islam por África y por otras orillas del Mediterráneo, como España o Sicilia, aunque en estas zonas no se desarrolla una industria importante.Al sobrepasar con su impulso la demanda del mercado interior, las ciudades de Lucca, Génova, Venecia y Florencia se convierten pronto en exportadoras a toda Europa.La misma técnica textil con la que se fabricaba la seda que consiguió dar fama a la técnica textil china se utilizaba en toda la región euroasiática utilizando diversos lepidópteros, salvajes o criados.Sin duda los chinos fueron los primeros en confeccionar tejidos de seda en la medida en que contaban con el mejor insecto productor, el Bombyx mori.Ya conocida en tiempos del Imperio romano, la seda seguía siendo un tejido caro y escaso.Desde principios del siglo XIV en Lucca, numerosos documentos aluden a complejos aparatos en uso.Sin embargo, las sederías italianas seguirán estando durante mucho tiempo entre las más valoradas, sobre todo por la decoración y el tintado.[21]​ Sólo en tiempos de Francisco I, hacia 1535, se concede una licencia a dos comerciantes, Étienne Turquet y Barthélemy Naris, para desarrollar la sedería en Lyon.[22]​ La sericicultura tuvo un gran auge en Provenza en los siglos XVIII y XIX, que duró hasta la Primera Guerra Mundial.[23]​ Hubo una importante producción de seda en la zona mediterránea española (Valencia y Murcia) a partir del siglo XV.[24]​ Continuó siendo una industria importante durante la Edad Moderna, con un auge en el siglo XVIII, y en la Contemporánea, modernizándose el proceso de producción a mediados del siglo XIX, intruduciéndose sederos franceses (Boix Jacquet en Gandía, 1865, luego comprado por Lombard).Así mismo, se introdujo la seda en otros países, e incluso en México por Hernán Cortés desde 1522, aunque casi nunca llegó a favorecer la expansión de una industria floreciente.Los Canutos ocupan rápidamente la ciudad que sólo pudo ser recuperada tras una sangrienta represión por parte del Ejército, dirigido por el mariscal Soult.Tras la crisis en Europa, la modernización de la sericicultura en el Japón convierte a este país en el principal productor mundial.[29]​ La demanda mundial de seda durante los años 1990 sigue siendo escasa si exceptuamos algunos mercados como la India y el Reino Unido.
Batido de la seda ( Dinastía Song , siglo XI )
Seda blanca
El capullo del que se extrae el hilo de seda.
Manuscrito taoísta sobre seda hallado en una tumba en Mawangdui .
Pintura sobre seda china del siglo VIII.
Las principales rutas de la seda entre 500 a. C. y el 500.
Tejido de seda de doble cara de inspiración Sasánida (león alado y árbol de la vida) principios del período islámico en Irán ( Rey ).
conservado en el Museo Nacional de Irán .
La producción de seda en el norte de Italia del siglo XIII al XVII
Un árbol de morera.
Una vidriera de la catedral de Chartres .
Una lámina de la Encyclopédie de Diderot y d'Alembert que presenta las diversas etapas de la sericicultura.
Fábrica de seda en Khotan, China en nuestros días.