Historia de la fantasía

Obras en las que los sucesos fantásticos no eran necesariamente creíbles, o sólo lo eran parcialmente, como los libros de caballerías europeos o los cuentos de Las mil y una noches, evolucionaron lentamente hasta convertirse en obras con tales rasgos.

En cambio, los cuentos fantásticos tradicionales tienen lugar en nuestro mundo, con frecuencia en el pasado o en lugares lejanos y desconocidos.

Solo muy rara vez se describe el lugar o la época con alguna precisión, y a menudo solo se afirma que los hechos sucedieron "hace mucho tiempo y en un lugar muy lejano".

[1]​ Los cuentos tradicionales con elementos de fantasía, en cambio, empleaban mitos y folclore conocidos, y cualesquiera diferencias que existieran con respecto la tradición eran consideradas variaciones sobre un mismo tema.

Nunca hubo la intención de que los cuentos tradicionales estuvieran separados del folclore sobrenatural local.

Según otro estándar, el género incluye toda la gama de literatura fantástica, tanto el género moderno como sus antecedentes tradicionales, en tanto muchos elementos que eran tratados como verdaderos (o al menos no evidentemente falsos) por autores anteriores son ahora totalmente ficticios y fantásticos para los lectores modernos.

[3]​ Los romances de caballerías mismos eran ficticios, si bien cuentos como Valentine et Orson, Guillaume de Palerme o Queste del Saint Graal fueron solo el comienzo del género fantástico, combinando realismo y fantasía.

El Le Morte d'Arthur, inglés, de Sir Thomas Malory (c.1408-1471), estaba escrito en prosa.

Esta obra domina la literatura artúrica, y es a menudo considerada como la versión canónica de la leyenda.

[5]​ El género de la fantasía claramente tuvo su inicio en obras como Amadís de Gaula o Palmerin of England, en tanto que se describen maravillas para asombrar y sorprender a los lectores.

También se mencionan las guerras entre goblins y elfos que estarían destinadas a tener un gran futuro en la ficción fantástica.

[7]​ Cuentos de hadas literarios, como los escritos por Charles Perrault (1628 - 1703) o por Madame d'Aulnoy (aprox.

[11]​ En al menos un sentido, esta etapa fue esencial para el desarrollo de la fantasía como género: El desarrollo de un género realista determinó que, en contraste, la fantasía pudiera también ser definida como un tipo distinto.

En reacción al culto a la razón de la Ilustración, el Romanticismo valoraba altamente lo sobrenatural, la tradición y la imaginación, así como la época en la que supuestamente rigieron: la Edad Media.

La atmósfera fantástica y como de ensueño impregnaba el género en tal momento.

Algunas historias daban la impresión de contener tales elementos para luego darles explicación lógica.

[15]​ Por otra parte, en el gótico se contenía respecto a adoptar la fantasía pura.

A principios de la era victoriana, se seguían contando historias usando elementos fantásticos, menos creíbles.

Esta era dio inicio a una tendencia general hacia mundos de fantasía más auto-consistentes y sustantivos.

[30]​ Obras previas a menudo mostraban a un individuo solitario cuyas aventuras en el mundo de fantasía eran de importancia personal, y en las que el mundo existía claramente para darle alcance a tales aventuras, en tanto que obras posteriores presentan con más frecuencia personajes en una red social, en la que sus acciones ocurren para salvar del peligro al mundo y quienes están en él.

[28]​ Se le destaca especialmente por su estilo vivo y evocador.Su estilo influyó enormemente en muchos escritores, no siempre de manera afortunada: Ursula K. Le Guin, en su ensayo sobre el estilo en la fantasía "From Elfland to Poughkeepsie", se refirió irónicamente a Lord Dunsany como el "Primer Destino Terrible que Aguarda a los Principiantes Desprevenidos en la Fantasía", aludiendo a escritores jóvenes que intentan escribir al estilo de Lord Dunsany.

[37]​ El hecho de que África era aún en gran parte desconocida para los escritores europeos le ofreció un ámbito a este subgénero.Otros escritores, entre los que se encuentran Edgar Rice Burroughs y Abraham Merritt, se basaron en estas convenciones.

[38]​ En efecto, C. S. Lewis señaló que en la primera parte del siglo XX, la fantasía era más aceptada en la literatura juvenil y, por tanto, los escritores interesados en la fantasía a menudo escribían en tal subgénero para encontrar una audiencia, a pesar de tener conceptos que podrían formar una obra adulta.

[41]​ El nombre de "fantasía" no se desarrolló sino hasta más tarde.

[42]​ En 1923, se creó la primera revista de ficción fantástica en inglés, Weird Tales.Finalmente habrían de seguirle muchas otras revistas similares, más notablemente Unknown (también conocida como Unknown Worlds)[43]​ o The Magazine of Fantasy & Science Fiction.

Varios de los autores más promienentes del género empezaron sus carreras en estas revistas, entre ellos Clark Ashton Smith, Fritz Leiber y Ray Bradbury.

[47]​ Las historias de Leiber se destacaban particularmente por su realismo, poco común para la época.

[29]​ La obra más famosa de Eddison es La serpiente Uróboros, una extensa fantasía heroica que transcurre en una versión imaginaria del planeta Mercurio.

Este sello contenía principalmente reimpresiones, pero también introdujo algunos trabajos de fantasía nuevos.

Como resultado, el género experimentó un auge en la cantidad de títulos publicados en los años siguientes.

El libro de hadas violeta (1906)
Ilustración de Orlando furioso de Gustave Doré , que muestra el hipogrifo , un monstruo que de hecho nunca aparece en el folclore.
La damisela del Santo Grial , de Dante Gabriel Rossetti : libro de caballerías medieval.
Retrato de Isabella Saltonstall como Una, personaje de La reina hada , de George Stubbs .
Ilustración de Gustave Doré para la Cenicienta de Perrault
Ilustración de John Tenniel para "A Mad Tea-Party", 1865
El funeral de un vikingo de Frank Bernard Dicksee : La influencia del romanticismo y las historias tradicionales en la fantasía victoriana significó que fuese una influencia en la fantasía como género.
Ilustración de la primera edición de El maravilloso mago de Oz
Weird Tales publicaba obras de autores como Robert E Howard