La información que se conserva sobre su vida hasta los treinta y tres está muy dispersa, y se encuentra sobre todo en unas notas manuscritas por un artista amigo, Ozias Humphry, al final de la vida de Stubbs.
Cuatro años más tarde le diría a Ozias Humphry que su motivo fue “convencerse de que la naturaleza fue y siempre es superior al arte griego o romano, y habiendo renovado esta convicción inmediatamente decidió volver a casa”.
Se trasladó a Londres alrededor de 1759 y en 1766 publicó “La anatomía del caballo”.
En 1759 el tercer Duque de Richmond le encargó tres grandes pinturas, lo que aseguró su carrera.
Ésta, junto con otras dos pinturas, encargadas por Rockingam rompieron con la convención de tener fondos anodinos.
Stubbs pintó también otros animales exóticos, como leones, tigres, jirafas, monos y rinocerontes, que pudo observar en reservas privadas.