Honduras fue el segundo país Centroamericano en adquirir un aeroplano, después de Guatemala.
[1][2] Ya se tenía conocimientos de aparatos que desafiaban la gravedad, como los ingeniosos globos de aire caliente o “cigarros volantes”, los mismos zepelines entre ellos el “Kraft” cruzó los cielos hondureños siguiendo hacia el sur con dirección a América del Sur.
Este primer avión recibió la designación “H-9” pintado a ambos lados del fuselaje.
Debido a que los aparatos necesitaban un sitio donde despegar, aterrizar y estar resguardados, se estudió la geografía de la capital y se optó por preparar el terreno, denominado “Los llanos de Toncontín” para que funcionase como el primer aeródromo nacional, hoy es conocido como Aeropuerto Internacional Toncontín.
En 1922 el señor Louis Stornaiola de origen italiano, trajo al país siete aviones británicos junto con un instructor aviador para establecer el servicio de correo aéreo, que estaba en auge.
Al año siguiente, 1923, el gobierno hondureño funda la primera Escuela Nacional de Aviación con fecha 15 de diciembre de ese año, un aeroplano voló sobre los cielos hondureños, guiado por el piloto norteamericano, Charles Maiss, viajando como pasajero, Abel Gamero Moncada en una exhibición para la recién fundada escuela, que para el año siguiente (1924) cuenta con tres aviones italianos, es así como se organizó un Ministerio de Guerra y Marina por parte del gobierno, que a su vez contrato al aviador italiano Luiggi Venditti, para que también diese mantenimiento a la aeronave "Bristol".
El primer aviador graduado hondureño fue Crescencio F. Gómez, pionero en pilotar un aparato volador.
[Nota 1] Se tiene conocimiento que la primera empresa aérea que sobrevoló los cielos de Honduras, fue la ´´WANSA´´ fundada por un empresario emigrante chino Federico Yu-Shan, los vuelos conectaban San Pedro Sula, Tegucigalpa, La Ceiba y Juticalpa[4] para ello usaron un pequeño avión de fabricación estadounidense, que habían adquirido previamente.
En 1930 se emitió la primera Ley de Aviación hondureña que organizaba y regulaba el tráfico aéreo, además a los aviadores, ordenaba la creación de pistas y demás estructuras para la nueva moda que había empezado.
En el mismo año de 1931 que nace la compañía “TACA”, al mando del Capitán Lowell Yérex, teniendo sus oficinas y hangares principales en Toncontín.
Estos puentes aéreos fueron en detrimento cuando se construyeron las carreteras dentro del territorio nacional, y también debido a los problemas políticos y golpes de estado, fueron motivos porque la empresa TACA cambiase su sede hacia la república de El Salvador.
Honduras contaba con la fuerza aérea más fuerte y mejor dotada de Centroamérica, en 1938 en su inventario estaban registrados 23 aparatos, en 1941 fueron adquiridos tres aviones Fairchild los que fueron pilotados por Ernesto Espinoza y Guillermo Chirinos, ambos entrenados en los Estados Unidos de América.
La aeronave le lanzó dos bombas de 60 libras cada una sin observarse resultado alguno.
Otro reporte fue con fecha 3 de agosto la FAH sufrió su única baja “operacional” durante la guerra cuando un avión Stinson, modelo “O” Senior matrícula FAH-2 al mando del Teniente de Aviación Francisco Martínez García y en compañía del artillero Sargento Armando Murillo Díaz, desaparecieron sin dejar rastro, su búsqueda se realizó sin éxito alguno y se declaró que habían sido derribados por el enemigo.
Pero en 1947, Estados Unidos terminó vendiendo los aviones AT-6, debido a que el agregado militar estadounidense en Tegucigalpa, informó al Departamento de Estado, que Honduras estaba negociando con México la compra de armamento.
Otro hecho recalcable es que en 1947 se funda la línea aérea hondureña Transportes Aéreos Nacionales (TAN), siendo directivos ejecutivos de la empresa los señores: Miguel Brooks, Arturo Aceituno, César Zelaya, José Salvador Aguilar y Aura Fiallos.
Al terminar 1949, la Escuela Militar de Aviación (EMA) había graduado a los primeros pilotos, entre ellos estaban: Antonio Banegas Araujo, Ernesto Colombo Espinoza, Ernesto E. Caraccioli, J. Elías Sánchez, Guillermo Chirinos Alonzo, Guillermo Flores Theresín, Francisco Martínez, Roberto R. Barahona y Rodolfo Heller.
Los pilotos de la hazaña, en volar desde los Estados Unidos, México, Honduras, fueron: Capitán Héctor Caraccioli Moncada, aparato n.º 600.
Siempre para utilizarlos como caza-bombarderos, fueron comprados los aviones tipo, Bell P-63E King Cobra.
El 14 de julio del año en curso, las unidades del ejército salvadoreño invadieron Honduras y los aviones de la FAS hicieron ataques sobre puntos estratégicos donde se situaban las tropas hondureñas y concentraron sus bombardeos contra Tegucigalpa.
Entre las décadas de 1960 y 1990, Honduras, contaba con dos aerolíneas internacionales bandera, la empresa Servicios Aéreos Hondureños, S.A. o SAHSA y la empresa Transportes Aéreos Nacionales o TAN, estos conectaban al país con los demás países del istmo centroamericano, México, Estados Unidos y el Caribe.
[9] Los versátiles Cessna A-37 Dragonfly, en 1974 arribaron seis unidades, los que fueron matriculados con: FAH 1000 hasta el 1018 cuando llegaron los últimos en 1982, haciendo un total de 18 caza-bombarderos.
Durante los próximos años la FAH intentó recibir más y modernos aviones y equipos adicionales pero fue en la década de 1980, cuando el principal aliado hondureño, como lo es los Estados Unidos de América apoyó a las fuerzas contras que lucharon contra el régimen sandinista en Nicaragua, para ello, tales fuerzas operaban desde bases en Honduras.
Las cadetes de Vuelo son: Doris Xiomara Andrade Álvarez, Dulce María Vásquez Amador, Gloria Alicia Torres Muñoz (panameña) y Merlyn Jessenia Maradiaga Castro.
gradúa la segunda promoción de Pilotos Aviadores Militares femeninos: Nubbia Patricia Andrade Pazzetti (Primer lugar en vuelo de la promoción), Lilian Melissa del Carmen Linares Mendoza y Sidia Jacqueline Lara Lara.
En Honduras como en cualquier país del mundo han sucedido diversas catástrofes aéreas, entre las que repercuten y se mencionan los siguientes: