Historia de Resistencia

Pocos años después fue designada capital del Territorio Nacional del Chaco, lo que sumado al acelerado proceso de incorporación de las tierras productivas circundantes posicionaron pronto al pueblo en una importante ciudad.

Esto puede apreciarse en los censos nacionales, los cuales a partir de 1914 la sitúan como la más poblada del Nordeste Argentino.

Con anterioridad a la llegada de los españoles estuvo poblada por indios del grupo lingüístico guaycurú.

El último cuarto de siglo vio caer la actividad industrial y aumentar exponencialmente el sector servicios, al mismo tiempo que la empobrecida población del interior provincial se movía en masas a los suburbios resistencianos.

Desde fines del siglo XX la ciudad intenta entablar una relación más amigable con el medio que la rodea, caracterizado por la abundancia de lagunas y montes que hasta ese momento habían sido sistemáticamente rellenados y talados respectivamente.

[2]​ Las habilidades guerreras de estas etnias fueron también la principal razón por la cual todo el Gran Chaco permaneció vedado al dominio español y argentino hasta bien entrado el siglo XIX.

Los correntinos tenían dos motivos para intentar el poblamiento del margen contrario del Paraná: uno económico (ampliar tanto los campos como la explotación forestal) y el otro referente a la seguridad, ya que tener un asentamiento en esta orilla actuaría como valla de contención frente a los ataques indígenas.

En esa época los principales intentos de ocupación correspondían a las ciudades ubicadas en la frontera interna con el Chaco.

En los años venideros los pueblos originarios parecieron haberse resignado a la superioridad criolla, que además ya contaba con ciudades lo suficientemente fuertes como para ejercer una defensa y ataque más efectivos que los de comienzos del siglo XVIII.

Una vez declarada la independencia en 1816 la situación no tuvo cambios sustanciales hasta 1852, en virtud de las guerras internas que asolaron el país.

Corrientes optó por una serie de acuerdos con caciques indígenas, que le permitieron vivir en una relativa tranquilidad apenas opacada por hechos aislados.

Escultura que simboliza el hito del arribo del primer contingente de inmigrantes italianos a la ciudad.
Monolito en homenaje a los fundadores de la reducción de San Fernando del Río Negro, que se asentó en parte de lo que hoy es Resistencia y le dio al paraje el nombre de San Fernando.