Es así como se concluye que las localidades que reúnen mayor número de las condiciones indicadas para el establecimiento de un gran centro de población son Campana, Ensenada y Zárate, en primer término, y subsidiariamente Quilmes, Olivos y San Fernando, o bien, aquellas asentadas sobre la línea del Ferrocarril del Oeste, desde Moreno hasta Mercedes A la sazón, luego de rechazar las opciones alternativas, Dardo Rocha se inclinó por Ensenada, contigua al Río de La Plata y conectada con Buenos Aires a través del Ferrocarril Buenos Aires a Ensenada.
[1] No obstante, la decisión no contemplaba instalar el gobierno y la administración en la costera Ensenada, sino que se proyectaba el emplazamiento de una nueva ciudad 10 kilómetros tierra adentro en las Lomas de Ensenada.
Roca, se coloca la Piedra Fundamental en una urna enterrada en el centro geográfico de la ciudad (hoy en día, Plaza Moreno).
[3] En ese acto, Dardo Rocha pronunció las siguientes palabras: «Hemos dado a la nueva capital el nombre del río magnífico que la baña, y depositamos bajo esta piedra, esperando que aquí queden sepultadas para siempre, las rivalidades, los odios, los rencores, y todas las pasiones que han retardado por tanto tiempo la prosperidad de nuestro país».
[5] Un año más tarde, en 1884, los poderes públicos de la Provincia son instalados definitivamente; impulsando la llegada masiva de empleados públicos entonando un singular cántico que resumía sus particulares expectativas sobre la vida en la naciente ciudad y el más generalizado optimismo dispendioso de la época: la nueva capital, que allí se gana mucho, con poco trabajar.
Este censo determinó que en la ciudad habitaban 10.407 personas (8779 varones y 1628 mujeres), siendo solo 1.278 argentinos y el resto extranjeros, provenientes mayormente de Italia, España, Francia, Portugal, Austria e Inglaterra.
Las líneas telefónicas habilitadas posibilitaban las comunicaciones con las ciudades de Buenos Aires y Ensenada.
[10] La ciudad fue premiada en la Exposición Universal de París en 1889, evento en el cual a la nueva urbe se la premia con dos medallas doradas en las categorías «Ciudad del Futuro» y «Mejor realización construida».
[11] En 1890, la burbuja financiera que había alimentado el progreso argentino durante la última década, estalló súbitamente, llevándose consigo al Presidente Juárez Celman, que debió renunciar con el estallido de una Revolución.
Grandes obras quedaron sin uso, como el Puerto de La Plata recién terminado, que pasó los siguientes años con muy poca actividad.
[13] Cuando Albert Einstein visitó la ciudad en 1925, elogió la Universidad que se levantaba en lo que para él no era sino la «Brujas del Plata», una recreación de la letárgica «ciudad dormida» belga.
La vida estudiantil, que en la década de 1920 estimuló una cierta reactivación sociocultural, no alcanzaba para disipar el miedo al estancamiento que no había abandonado a la ciudad desde la crisis de 1890.
En 1925, el especulador inmobiliario Francisco Piria, adquirió 5.000 hectáreas, que prácticamente comprendían en su totalidad lo que hoy es Punta Lara y parte de Villa Elisa, con el fin de crear una localidad balnearia cercana a Buenos Aires, insinuando también la posible conexión con Uruguay a través de un puente.
En 1932 se inauguró la Catedral de La Plata, que aún seguía inconclusa, como una imagen del estancamiento de la ciudad y el proyecto urbano original, que ya se encontraba lejos del éxito.
Mientras La Plata podía competir con Buenos Aires únicamente por su Universidad, en todas las demás áreas la Capital Federal ya estaba demasiado lejos.
[15] Ese 17 de octubre, una multitud popular y obrera había aclamado por Perón en Buenos Aires, con repercusiones también en el Puerto de La Plata, y surgía un nuevo movimiento político conocido como el Peronismo, representado por un Partido Laborista que llevó a su dirigente a la Presidencia durante los siguientes diez años.
[16] Mientras en 1948 se había pasado del régimen casas de renta al de propiedad horizontal, al comienzo no se advirtieron cambios sustanciales porque en rigor el departamento estaba reservado a una clase media acomodada que negociaba modernidad por estrechez.
Tanto el Estado como el sector privado realizaron diversas obras durante estas décadas, pero no pasaron de soluciones a problemas puntuales, sin aportar progreso ni actividad a la ciudad.
En 1974, la Casa de Gobierno sufrió un incendio en su mansarda, que logró ser apagado sin víctimas, reparándose luego la parte destruida.
[17] En 1977 el viejo Teatro Argentino también sufrió un voraz incendio que destruyó buena parte de las instalaciones y afectó seriamente la estructura del edificio.
Las obras comenzaron en 1980 con una estimación de cuatro años para su finalización, pero éstas sufrieron constantes retrasos y paralizaciones durante las siguientes décadas.
[20] En 1997 se filmó la película Siete años en el Tíbet, que contó con la actuación de Brad Pitt, David Thewlis, B. D. Wong, Mako, Danny Denzongpa, Víctor Wong, Ingeborga Dapkunaite y Jamyang Jamtsho Wangchuk, entre otros.
Por iniciativa del Gobernador Eduardo Duhalde se habían construido las dos torres faltantes y agregado numerosas decoraciones.
En 2002, quedó finalizada la Autopista Buenos Aires-La Plata, un proyecto pensado ya en 1958 pero que recién había comenzado a construirse en 1995.
[28][29] En abril de 2009 reabrió sus puertas al público el Pasaje Rodrigo como centro comercial.
La galería comercial había sido inaugurada en 1929 por Basilio Rodrigo (inmigrante español) y estuvo cerrado al público por 10 años.
[31] En 2007, nacía el Plan Participativo de Recuperación y Puesta en Valor del Patrimonio, se creó desde legislación propia hasta una Dirección de Patrimonio, se restauraron algunos edificios simbólicos —lo que disparó la habitual ola de sana imitación entre los privados, que en esto siguen el ejemplo oficial— y se instalaron algunas ideas potentes.
[34][35] A raíz de falta de legislación para proteger la arquitectura fundacional la ciudad fue incluida en 2011 e incorporada a la agenda 2012 en la lista de los 100 sitios en peligro, nominación patrocinada por World Monuments Fund (Fundación para los Monumentos del Mundo) que busca y promueve acciones y financiamiento para lugares históricos y patrimoniales en peligro.