La hipermutación somática (o SHM, por sus siglas en inglés) es un mecanismo celular, que forma parte del modo en cómo se adapta el sistema inmunitario a nuevos elementos extraños (por ejemplo bacterias).
Su función es diversificar los receptores que usa el sistema inmunitario para reconocer elementos extraños (antígeno) y permite al Sistema inmunitario adaptar su respuesta a las nuevas amenazas que se producen a lo largo de la vida de un organismo.
[2] Cuando un linfocito B reconoce un antígeno, recibe estímulos para dividirse (o proliferar).
[3] Esta hipermutación no es al azar y permite seleccionar linfocitos B que expresan receptores de inmunoglobulina que poseen la capacidad de reconocer un antígeno específico.
[4] Luego ADN polimerasas proclives a error son reclutadas para completar los huecos y crear mutaciones.