Hipónico II

Según Ateneo, conocía en Eretria, ciudad de Eubea, a un hombre llamado Diomnesto.Cuando el rey persa envió una nueva expedición contra Eretria, La familia de Diomnesto confió la fortuna a Hipónico, para que la guardase en Atenas.[3]​ Cuando los persas deportaron a todos los eretrios, Hipónico y su familia se convirtieron en custodios de una gran fortuna.Su nieto Hipónico,[6]​ el tercero de tal nombre, solicitó a los atenienses que construyeran un edificio en la acrópolis de Atenas para depositar el dinero, alegando que no era seguro dejar esta fortuna en una casa privada.Los atenienses estaban dispuestos a concedérselo, pero aconsejado por sus amigos, cambió de opinión.