Sus tribunas fueron catalogadas como Monumento Histórico Artístico en el año 1980[1] y está participada en propiedad por la SEPI.
Para las primeras carreras la mayoría de caballos que participaban provenían del extranjero, ya que la guerra civil había mermado la cabaña caballar del país.
Empezó así el cierre de las instalaciones que se alargó por nueve años.
Tras dos concursos de concesión convocados por Patrimonio Nacional, en 2001 no se logra adjudicar el hipódromo a ningún grupo privado.
Desde entonces, se vienen celebrando las temporadas de primavera, verano (con carreras nocturnas) y otoño.
[6] La belleza y amplitud del recinto hacen que se le considere un monumento.
Uno de sus elementos más singulares son las tribunas, construidas por los arquitectos Carlos Arniches y Martín Domínguez junto al ingeniero de caminos Eduardo Torroja.
Destacan las Copas de Criadores para potrancas y potros respectivamente.
Destaca que el Programa de BonusMade in Spain, no sólo se consolida como proyecto para incentivar la compra de producto nacional, sino que se incrementa en seis pruebas, pasando a ser 37 las carreras incluidas en el proyecto.
También han llevado a cabo subastas mixtas y de caballos en entrenamiento.