En algunos casos se celebraron competiciones de fútbol,[1] y exhibiciones aéreas.
Se reabrió, ya a mediados del siglo XX, el nuevo hipódromo de la Zarzuela.
A mediados del siglo XIX se popularizaron en la sociedad madrileña las carreras de caballos.
Durante la Restauración se decidió reunir todos estos locales y construir uno en las afueras, comunicado con el paseo de la Castellana.
El recinto fue casi desde la fundación del Real Madrid Club de Fútbol en 1902 el lugar donde disputaba dicha sociedad sus encuentros como local.