Ante criterios equivocados de algunas personas en la hípica colombiana, la asociación de criadores de caballos pura sangre inglesa, comandados por Don Elkin Echavarría y Don Carlos Haime, fundaron una institución llamada "Hipódromos de Colombia" que pretendía entre otros fines construir recintos aptos para la realización de carreras de caballos en las principales ciudades del país y dar su más irrestricto apoyo a la crianza de caballos PSI en Colombia, también se unieron propietarios y amantes del caballo pura sangre inglesa, dispuestos a estimular el fomento equino y rescatar a través de este, valores tradicionales de la hípica, entonces decidieron montar un hipódromo propio, es así que en 1976 se adquirieron unos terrenos en el km.
Fue tal el interés que se aunaron capitales y esfuerzos, en corto tiempo el sueño de muchos hípicos se hacía realidad.
En 1982, el gobierno y el municipio de Chía al ver que la actividad hípica obtenía muchas ganancias en el Hipódromo de Los Andes, y que ya se habían visto favorecidos con ingresos estimulantes deducidos de los impuestos a las apuestas, decidieron aumentarlos provocando una crisis de tal magnitud que fue el único hipódromo que quedó en funcionamiento en Colombia, las pérdidas en 1986 fueron de 271 millones de pesos, 43 por ciento más que en 1984, los balances que mostraron en 1985 un crecimiento de gastos del 23 por ciento contra solo un 16 por ciento de aumento de las apuestas pusieron en jaque a la empresa, mas el juego clandestino "legalizado" por algunas alcaldías y municipios, un factor determinante en la fuga de las apuestas de los cauces institucionales, en las reuniones oficiales de Hipoandes se apostaban cerca de 60 millones de pesos por semana, mientras que en bares y cafetines de distintas ciudades del país se jugaban unos 200 millones de pesos, en "empresas" donde los propietarios del negocio no tenían más gastos que el teléfono, el tinto y las baterías para escuchar las carreras a través de la radio.
Ha habido intentos para reabrir este recinto hípico, algunos más concretos en 1991 cuando la Beneficencia de Cundinamarca estuvo cerca de comprarlo y la empresa Promotora Hípicos de Los Andes S. A. negoció con los dueños en el 2003, ambos para destinarse a su fin inicial de celebrar allí pruebas hípicas, incluso se han hecho otras actividades no hípicas en el recinto como recitales con artistas de talla internacional, sin embargo sus dueños en una actitud poco comprensible se niegan a venderlo, actualmente es un lote de engorde para una futura urbanización.
Aún hoy, los pocos aficionados a la hípica que quedan, se ilusionan con la reapertura el coliseo de la autopista norte.