Un oráculo decía que para liberar la ciudad de Troya de un monstruo marino enviado por Poseidón, Hesíone debía ser dada como sacrificio al monstruo.
Laomedonte, dispuesto a seguir las instrucciones del oráculo, encadenó a su hija frente al mar pero en ese momento llegaba a la ciudad el héroe Heracles, que quitó las cadenas a Hesíone e hizo un pacto con Laomedonte mediante el cual si Heracles conseguía matar al monstruo, recibiría como premio unas yeguas sagradas que tenía el rey de Troya.
Heracles consiguió matar al monstruo, pero Laomedonte no cumplió su parte del trato, y años después, como represalia, Heracles regresó a Troya en una expedición de conquista y saqueo.
[1] Tras esta expedición, Hesíone fue otorgada a Telamón, que también había participado en la expedición de castigo, como botín de guerra.
[3] Según algunas versiones, el motivo del viaje de Paris, hijo de Príamo, a Esparta, fue precisamente volver a reclamar el regreso de Hesíone o castigar a los griegos por negarse a la devolución.