Fue nombrado organista de la catedral de Sigüenza el 15 de noviembre de 1563, el cabildo de esta ciudad lo llamó por las buenas referencias que sobre él tenía, aunque debido a la habitual lentitud de la burocracia imperante hasta el 29 de noviembre de 1564 no se le da licencia “para tañer el órgano y órganos de la iglesia”, tras sometérsele a la habitual investigación sobre su ascendencia a cargo de la Inquisición.
En 1566 sucedió a su padre como organista del rey Felipe II.
Acompañó a la corte en sus numerosos viajes, permaneciendo en Portugal entre 1580 y 1581.
A la muerte de Felipe II continuó como músico de cámara del nuevo rey Felipe III hasta su fallecimiento.
Se trata de obras de carácter tanto litúrgico como profano, tientos, canciones y conjuntos de variaciones.