Boerhaave tiene un carácter único en la historia de la ciencia ya que, aunque realizó escasos descubrimientos, tuvo una inmensa influencia en tres ramas del saber: botánica, medicina y química.
Su doctrina intenta combinar las concepciones clásicas con las teorías patológicas y fisiológicas aparecidas en el siglo XVII.
Destacan sus Aforismos para conocer y curar las enfermedades según las doctrinas médicas (1709), obra traducida a varios idiomas.
En 1701 fue nombrado profesor de medicina en la universidad; sus estudios comprendían fisiología, patología general e introducción a la terapéutica.
Cuando Boerhaave inició sus experimentos químicos, aún se conservaban las creencias y nociones de la alquimia, pero durante su carrera logró desterrar algunas ideas y supo tomar los principios importantes de sus antecesores (aunque la que se refería a la transmutación de los metales no desapareció tan fácilmente).