Al menos desde ese año, la hermandad procesiona cada Jueves Santo con una imagen de Cristo Atado a la Columna.[11] En 1574, tras pasar unos meses en el convento del Carmen, se traslada definitivamente a la Victoria[8], cuyas obras en la iglesia ya están lo suficientemente avanzadas como para albergar a la cofradía, que se ubica en una de las capillas secundarias.En 1583 se produjo una agregación de cinco capítulos a la regla inicial.[13] A partir del siglo XVII son frecuentes los conflictos entre las principales hermandades por cuestiones de orden y precedencia en sus desfiles procesionales.Aunque desde la aprobación de sus reglas conocemos que en la procesión del Jueves Santo salían las imágenes de un Nazareno, un Ecce Homo y un Crucificado, además del Stmo.Columna y Azotes, no es hasta 1774 cuando se cita por primera vez al Stmo.La hermandad cedió al convento la referida imagen para que fuera transformada en la del beato Gaspar Bono y como tal recibiera culto; por su parte, los religiosos Mínimos se comprometieron a prestar cada Jueves Santo a la hermandad la imagen de San Francisco de Paula, propia del convento y venerada en la iglesia, a fin de que formara parte del desfile procesional.Puede ser diseñado con un dibujo vistoso, o como escudo de armas para guiar a las tropas.En 1571, en la lucha contra el Imperio Otomano, los combatientes de la Liga Santa también utilizaban estos confalones.El «umbráculo» (ombrellino), un símbolo papal, también es llamado «confalón» debido a que suele representarse sobre uno.Los confalones tuvieron gran importancia como objetos religiosos cristianos en Europa durante la Edad Media.Durante estas procesiones, el estandarte era portado sobre su asta por un miembro destacado de la cofradía.Cristo del Confalón alude, por tanto, a la representación de un crucificado en uno de estos estandartes que, por su parecido, terminó dando nombre a la talla o viceversa.Es necesario recordar que desde su fundación, esta hermandad es conocida como «Cofradía de la Columna» y la devoción por el Stmo.No resulta extraño pensar que el Santísimo Cristo del Confalón fuese escondido por alguna hermandad o particular de la zona, o incluso por la propia Hermandad del Confalón.el rey Alfonso XIII, consiguiendo así la hermandad el título de «Real».Durante esta etapa se experimenta un nuevo crecimiento en el seno de la cofradía.Sin embargo, se consigue mantener la tradición barroca ecijana en todo lo que rodea al paso del Stmo.La hermandad del Confalón posee la guarda y custodia del Moral de la Victoria que, desde la «tradición confirmada», fue tomando en Écija poco a poco un cariz romántico y milagroso; y renueva el empeño astigitano por mantener a toda costa un árbol que tras más de 500 años, después de haber sido talado y dado por muerto varias veces, sigue dando hojas verdes cada año, asociándose a la Fe de Écija.Los cultos actuales consisten en el «septenario de las Siete Palabras» que concluye con la mencionada «Función Principal de Labradores» para pedir abundantes cosechas, misa oficiada todos los viernes del año ante las Sagradas Imágenes y triduos del Stmo.[8] Aunque los autores de esta investigación creen probable que dicho crucificado sea el actual Stmo.Es llevado a hombro de sus hermanos en dos «remúas» al antiguo estilo ecijano.Porta la Santísima Virgen manto bordado en oro sobre terciopelo verde, siendo obra maestra de Emilio Gómez Moreno y estrenado en 2012.