Romanista, fue profesor de español del Liceo de Bayona y allí entró en contacto con el euskera, lengua que aprendió y empezó a estudiar.
Dominaba también el gascón y llegó a ser una auténtica autoridad en euskera, lengua sobre la que aportó gran número de trabajos filológicos, algunos de ellos clásicos.
Se interesó también por la música religiosa y la liturgia.
Miembro de honor de la Real Academia de la Lengua Vasca, perteneció también a la Academia gascona, Société de Sciences, Lettres et Arts de Bayonne, Société des Amis du Musée Basque, el Institut d'Études Occitanes y otras instituciones y asociaciones.
Escribió Éléments de phonétique basque en 1920, muy elogiada por Luis Michelena, y una Grammaire basque.