Sus pinturas conservadas, a pesar de las pérdidas causadas por las revueltas iconoclastas y posteriores avatares, suman 89.
Tras un aprendizaje en Estrasburgo o Memmingen, hacia 1503 Baldung ingresa como aprendiz en el taller de Durero, al igual que el joven Hans Schaüfelein.
Hacia 1507, al regresar Durero, Baldung decidió independizarse si bien lo hizo cordialmente y los artistas mantuvieron su amistad hasta el final.
Sus obras actualmente más estimadas son alegorías, por lo general de expresividad muy crispada y estética bizarra.
Se pueden citar además: La armonía o Las tres Gracias (Museo del Prado), La música y La prudencia (Alte Pinakothek de Múnich).
Baldung fue tan bien pagado por este trabajo que se estabilizó económicamente para el resto de su vida.