Sus rasgos más representativos eran unas «alas» sujetas al espaldar de la coraza, por lo que son conocidos como los húsares «alados».
La armadura del húsar constaba de una coraza y un casco (zischagge) con visera para proteger el rostro, ambos muy adornados.
La coraza solía estar decorada con sus características «alas» de madera dorada coronada con plumas.
Además, algunos añadían a ese arsenal hachas, rodelas y flechas, entre otras armas.
Los húsares alados se consideran como una de las mejores caballerías pesadas en la historia del mundo.