Sin embargo, tiene un sentido en dicho conjunto: en Las metamorfosis de Ovidio, Hércules es un héroe virtuoso, que salva a la humanidad, tanto por su fuerza como por su inteligencia.
Al mismo tiempo, el rey Felipe IV podría acabar con sus enemigos por muy poderosos que fueran, gracias a su buen gobierno.
Hércules así lo hizo, pudiendo de esta forma destruir al malvado Anteo.
Zurbarán a buen seguro se ocupó de la cabeza de Hércules, que mantiene el mismo rostro de aire rústico y expresión irónica que en Hércules desvía el curso del río Alfeo.
Los fallos en esta obra debían quedar en parte corregidos en su colocación en altura, y pese a ellos, representa perfectamente la victoria de Hércules sobre un personaje siniestro.