Hércules desvía el curso del río Alfeo

A causa del espacio disponible, Zurbarán solamente representó diez de dichas hazañas.

Para ello derribó una parte de dichos establos, y desvió de su curso los ríos Alfeo y Peneo, cuyas aguas limpiaron la suciedad, arrastrando el estiércol hacia el mar.

El estiércol en los establos del rey Augias representaría los males que asolaban a la España del momento, cuya erradicación dependía de unos gobernantes poderosos y magnánimos al mismo tiempo.

Con una perspectiva perfectamente lograda, Zurbarán, representa el agua desviada como un hermoso y agitado torrente plateado.

Hércules es representado como una gran figura inmóvil, mirando al espectador con un aire orgulloso y desafiante.