Fue párroco de una iglesia de esa ciudad, y llevó adelante una actividad intensa en relación con movimientos laicales.
[2] Su misión principal en San Rafael era solucionar una crisis con respecto al Instituto del Verbo Encarnado,[2] un movimiento clerical ultraconservador.
Por iniciativa del cardenal Angelo Sodano, la Santa Sede desautorizó a los obispos argentinos y ordenó la reinstalación de la orden en San Rafael.
[3] Durante su gestión creó la Fazenda de la Esperanza en Carhué; se trata de una institución dedicada a la recuperación personal y social de los jóvenes adictos a drogas.
[7] El procesamiento fue revocado en febrero del año siguiente.