Guillen de Holanda fue un escultor entallador del siglo XVI durante el periodo del renacimiento.
De origen incierto, su trabajo lo realizó en España y siempre en colaboración con otros artistas.
Las imágenes que talló son reconocibles por unos volúmenes muy compactos y unos amplios y marcados pliegues.
Había una orden en la que específicamente se detallaba que la composición, dirección e inspección de la obra, debía ser verificada tres veces al año por el maestro Nájera.
Por lo que se supone que las trazas y quizás alguna parte escultórica fue ejecutada por Andrés de Nájera.