Al regresar a España pasó varios años en la corte de Felipe IV, de quien fue gentilhombre.
Designado virrey de Galicia en 1645, en 1647 fue nombrado para el mismo puesto en Cataluña, donde tuvo que hacer frente a las revueltas catalanas.
En su misión de conquistar el Principado, se enfrentó al ejército francés mandado por Condé.
Opuesto a las pretensiones de don Juan José de Austria, en 1669 aceptó el mando de la recién formada Guardia Chamberga, regimiento real destinado a la defensa de Madrid y del rey contra las intenciones del pretendiente.
[5] Dejó escrito un opúsculo titulado «Discurso militar: proponense algunos inconvenientes de la milicia destos tiempos, y su reparo».