La paz consiguiente estableció las bases según las cuales el río Tíber sería la frontera común entre los etruscos y los latinos.
Tulio habló con sus soldados, asegurándoles que el movimiento de los albanos estaba motivado por órdenes precisas suyas.
Herminio y Larcio se retiraron cuando el puente ya estaba prácticamente destruido.
[10] Como el ataque no había salido tal como se esperaba, Porsena decidió sitiar la ciudad.
[12] En este punto, según Livio, Porsena envió embajadores a Roma para ofrecer un tratado de paz.
Porsena pedía que Tarquinio fuera restaurado en el trono de Roma, pero los romanos se negaron.
Cuando llegó, sin embargo, sorprendido por la valentía de la joven, el rey etrusco le permitió escoger entre todos los rehenes la mitad que sería liberada.
Aunque Livio no hace ninguna referencia a la participación de los etruscos, los fasti triunfales explican que el cónsul Publio Valerio Publícola celebró el triunfo sobre los sabinos y Veyes en mayo del 504 a. C.[16] Entre los años 483 y 476 a. C., Veyes llevó a cabo una nueva guerra contra Roma, asistidos por auxiliares etruscos.
[17] Livio sugiere que, durante el primer año del conflicto, los romanos no prestaron mucha atención, principalmente porque su propia fuerza era más que suficiente para acabar ganando la guerra, y estaban más preocupados por conflictos internos.
Una vez iniciado, los soldados romanos lucharon con gran valentía, sobre todo después de que Quinto Fabio Vibulano, hermano del cónsul, falleciera en combate.
Cuando sus hombres comenzaron a retirarse en desbandada, Marco Fabio apareció para evitarlo, asegurándoles que su cabecilla no estaba muerto.
[20] Los etruscos aprovecharon una pausa en los combates para atacar el campamento romano y rompieron las defensas de las reservas.
[25] Ese mismo año la gens Fabia se dirigió al Senado proponiendo que solo ellos gestionaran las cuestiones militares y financieras de la guerra contra Veyes.
Solo sobrevivió Quinto Fabio Vibulano, porque era demasiado joven para participar en batallas, y por tanto se quedó en Roma.
Los escritores antiguos relatan que, en el 389 a. C., los etruscos, los volscos y los ecuos juntaron a sus ejércitos en un intento de aprovecharse del caos en Roma.
[30] Cercados por amenazas provenientes de todos los flancos, los romanos nombraron a Marco Furio Camilo dictador.
Los etruscos, ahora presos, intentaron luchar, pero cuando supieron que sus vidas podrían ser ahorradas, se rindieron en masa.
Sutri obtuvo así la distinción de haber sido capturada dos veces el mismo día.
Camilo dividió su ejército en dos y ordenó que su compañero atacara la muralla del lado dominado por el enemigo.
Los estruscos, que fueron atacados tanto desde dentro como desde fuera de la ciudad, huyeron despavoridos, dejando aun así numerosos muertos.
Los registros romanos y otras fuentes parecen describir una Etruria desunida, dividida entre varias ciudades-estado rivales.
Las referencias a una Etruria unida contra Roma deben ser, por lo tanto, consideradas como no históricas.
Los registros romanos originales probablemente afirmaban que habría habido combates contra los etruscos, sin especificar la ciudad.
Esta campaña fue entregada a los cuidados del cónsul Cneo Manlio Capitolino, que logró nada más que reunir a su ejército en un campamento cerca de Sutri y, en asamblea, pasar una ley tributando la manumisión de los esclavos.
[51] Diodoro Sículo añade que nada de importante ocurrió durante la guerra contra los falcos, excepto raids y saqueos.
[52] Según Livio, en 356 a. C., el cónsul Marco Fabio Ambusto comandó a los romanos contra los habitantes de Falerii y Tarquinia.
Por eso, los romanos nombraron a Tito Manlio Imperioso Torcuato dictador y declaró la guerra.
En la época Roma ya estaba involucrada en una guerra muy seria contra Tibur y los invasores galos.
[67] La flagelación seguida de decapitación era una práctica romana común y este detalle puede ser sólo una invención plausible por un analista posterior.
[69] Las treguas limitadas temporalmente ya no se utilizaban en el período final de la República Romana y es improbable que se hayan inventado, lo que proporciona una fecha segura para el final de esta guerra.