Todo lo que los Valar construían de hermoso, Melkor lo destruía o lo convertía en algo horroroso.
Este, desde el Vacío Intemporal, había contemplado esta disputa y decidió corporizarse para tomar parte en ella.
Con un inmenso poder y furia El Vala ahuyentó a Melkor, quien, temeroso abandonó Arda.
Recobrados de la sorpresa los Valar persiguieron a Melkor, quien se refugió en su fría Fortaleza.
Pero en esa ocasión Mandos lo detuvo recordándole que los Elfos debían despertar en la oscuridad y bajo la luz de las estrellas.
La región quedó muy destruida y los servidores del Señor Oscuro huyeron a Utumno.
Muchas Batallas se sucedieron ahí hasta que Tulkas derribó las Puertas y penetró en las profundidades de la Fortaleza.
Fue así que el resquemor y la desconfianza se instaló en Eldamar, por culpa de Melkor.
Cuando quedó develada la trama organizada por Melkor, Tulkas fue a buscarlo, pero no lo encontró porque el Señor Oscuro había huido de Valinor.
Con la ayuda de la No-luz llegaron hasta la Ezellohar, en el momento en que los Valar, junto a los Eldar celebraban una gran fiesta en el Taniquetil.
Pero al llegar la No-luz les impidió ver todo el desastre que había hecho Melkor; y cuando por fin pudieron despejar la oscuridad, el Vala Maligno ya no estaba allí.