La Guía de los Perplejos (en árabe, dalālat al-ḥā’irīn دلالة الحائرين; en hebreo, moré nevujim מורה נבוכים) es una obra filosófica judaica escrita por una de las autoridades hebreas más importantes del Medioevo, el andalusí Maimónides (1135, Córdoba - 1204, Fustat, Egipto), a quien también se conoce en hebreo como Moshé ben Maimón (abreviado, Rambam) y en árabe como Musa Ibn Maymun.
[1] Escrita originalmente en árabe hacia 1190, se tradujo al hebreo ya en época de su autor.
Este manuscrito fue descubierto por el bibliófilo David Solomon Sassoon en Yemen, pasando a formar parte de su biblioteca en Letchworth, Inglaterra; siendo descrito en su Descriptive Catalog of the Hebrew and Samaritan Manuscripts in the Sassoon Library.
Esta dedicación de Maimónides hacia sus pacientes le valió una gran reputación como médico, especialmente en Egipto, lo que atrajo la atención del palacio, haciendo que Saladino lo nombrara médico de la corte en 1171.
Maimónides plasmó su sabiduría en diversos escritos, haciendo importantes contribuciones tanto en el campo de la ley judía como del saber médico.
Sin embargo, fue incluyendo aspectos y bases filosóficas a medida que fue escribiéndola.
El filósofo Moses Mendelssohn, que era jorobado, acostumbraba decir: "la Guía de los Perplejos encorvó mis espaldas y rectificó mi alma."
Juzgando por la propia Guía así como también por una carta de Maimónides a Samuel ibn Tibbon, quien tradujo su obra al hebreo, las principales enseñanzas filosóficas a las que Maimónides se dedicó están esencialmente en relación con la lógica aristotélica, física y metafísica.
[6] Aunque Maimónides introdujo intencionadamente inconsistencias en su tratado debido a la sensibilidad religiosa sobre el tema en cuestión o por razones pedagógicas, como sus observaciones introductorias en la Guía indican, no todas las inconsistencias en este enfoque, excepto evidentes y directas contradicciones, debieran ser explicadas de esta manera.
Es importante tener en mente que la Guía no fue escrita para ser un trabajo filosófico dedicado a una exposición de física y metafísica, ni para naturalizar el alma humana, y tampoco está diseñada para servir como un sustituto de tales trabajos.
Maimónides repetidamente recuerda a sus lectores sobre la extensa literatura filosófica acerca de estos temas, lo que trata como lectura obligatoria para los que están dispuestos y se esfuerzan por alcanzar la perfección.
El médico vacila, sin embargo, entre diferentes filósofos individuales en formular sus enfoques a temas particulares, no siempre eligiendo o decidiendo una visión específica.
Maimónides no logra abordar estos problemas explícitamente tal vez por razones de esoterismo, o tal vez porque él mismo no las había respondido completa o satisfactoriamente según su opinión.
Maimónides comienza ya habiendo elegido sus modelos religiosos y científicos, pero luego procede a analizar sus elecciones, incluso usándolas de argumento entre ellas.
Pero en esta última cita mencionada él se limita a sí mismo a un esbozo del objetivo principal de este tratado, y advertidamente deja sin mencionar los otros dos temas, lo que, por importante que pueda ser, adquiere aquí un interés subordinado.
Por esta razón se pueden encontrar frases como "Esto es discutido más detalladamente en trabajos sobre metafísica."
Estos temas tienen una dimensión misteriosa, según él, un núcleo secreto el cual es totalmente comprendido sólo ocasionalmente y que no puede ser comunicado, excepto a través de un relato en forma de parábola.
Su propio camino interpretativo, dice él, es dar pistas "que acerquen a una clara exposición" de términos y parábolas, sin inventar nuevas o intentar un análisis exhaustivo de las escrituras.