Lleva el nombre de Henri Cosquer, el buzo francés que la encontró en 1985, aunque su descubrimiento no se hizo público hasta 1991, cuando tres buzos se perdieron en la cueva y murieron.
[4] La cueva fue visitada en otras ocasiones y estudiada por varios expertos que, sin embargo, debido a la sensacional edad de las pinturas y a no hallar pruebas fiables con carbono 14 (las pinturas eran demasiado antiguas para ser capaces de garantizar la edad), pensaban que era flagrantemente falsas, hechas ingeniosamente por el mismo Cosquer y sus amigos para hacerse publicidad.
[6] Tiene varias secciones: Esta gruta tiene varias docenas de obras pintadas y grabadas, que, por el estilo y las representaciones, se dividen en dos períodos distintos del Paleolítico Superior que corresponderían a dos fases distintas de ocupación: En total, han sido identificados 177 animales.
Hay numerosos signos (216), con 8 representaciones sexuales (2 masculinas y 6 femeninas) que completan el inventario.
Esto confirmaría que la cueva no habría sido utilizada, ni en la primera ni en la segunda fase de frecuentación, como habitación o vivienda, sino más bien como un santuario, en el que los hombres prehistóricos harían incursiones breves y que estarían vinculadas a la realización de los dibujos y, posiblemente, a reunirse y celebrar ceremonias o rituales mágicos particulares para propiciar la caza.
Debido a su ubicación actual por debajo del nivel del mar, que convierte en peligrosa su visita, y a la extrema fragilidad de sus pinturas rupestres, la cueva está cerrada al público.
Se llegó a presentar un proyecto para hacer accesible la cueva desde tierra firme con la ayuda de un ascensor subterráneo pero dicho proyecto se rechazó por las consecuencias que surgirían debido al cambio que así se provocaría en la especial presión atmosférica existente en el interior de la cueva: ésta llega a alcanzar puntualmente los 1140 mbar, siendo la mínima presión atmosférica alcanzada en su interior de 1080 mbar.
A consecuencia de esta sobrepresión atmosférica el nivel del agua en el interior de la cueva es un metro inferior al nivel del mar en el exterior de la misma, lo que felizmente ha permitido que se conserven hasta nuestros días algunas pinturas que se encuentran actualmente a escasos centímetros del nivel del agua en el interior de la cueva, cuando no directamente en esa misma cota.