[2] Estos instrumentos musicales están diseñados para ser desmontados en partes para un fácil almacenamiento y transporte, y las conexiones entre las partes cuentan con sellos de corcho.
La grasa para corcho también actúa como conservante, manteniendo el corcho húmedo y grueso (o sea evitando se reseque y encoja), asegurando a su vez un buen sellado entre las partes del instrumento para que no escape aire a través de las juntas al tocar el instrumento.
[4] Los clarinetes nuevos deben ser engrasados 2 a 3 veces por semana, mientras que los ya maduros basta con aplicar grasa una vez por semana.
Es importante que la grasa para corcho no ataque y ni afloje el adhesivo que fija el recubrimiento de corcho en las uniones al cuerpo del instrumento.
Además la grasa de corcho no debe atacar las partes del instrumento fabricadas de goma dura o madera.